Imagen Procesional de San Vicente

Muchas imágenes de San Vicente Ferrer hay en nuestra ciudad, pero sin duda la mas popular y una de las que mas devoción inspira, es la talla propiedad de la Cofradía que procesiona el día de la fiesta.

Se trata de una talla a tamaño natural del siglo XX de madera policromada, para ser vestida. Hecha por el escultor valenciano Vicente Bellver el año 1941 y que sufragó gustosamente la cofradía. Es una de las primeras imágenes que entró en nuestra ciudad después de la guerra civil, aunque no la primera. Según consta en el libro de actas de la cofradía, el 12 de enero se acuerda por unanimidad que el artista anteriormente mencionado sea el que realice el trono y la imagen de San Vicente por un precio de 10.000 ptas.

Un año antes, sufragada por los vecinos de Llíria y Benisanó, se colocó en la ermita la actual talla. La cual entró en romería desde la parroquia de los Santos Reyes de Benisanó.

Para la fiesta de la Cofradía del domingo 27 de abril de 1941 se bendijo la nueva imagen de San Vicente, con sus andas nuevas, la imagen para dicha fiesta lucia el nuevo hábito y manto de tela que le regaló y confeccionó el sastre don José Espert. En esas mismas fechas se designa por primera vez a Dña. Emilia Expert como camarera de la Imagen

Siguiendo con el eje cronológico de las actas, el 31 de mayo los hermanos Ferrandis trasladaron la imagen y el anda desde el taller del escultor en Valencia a nuestra ciudad cobrando por el trasporte 125 pesetas. Ya en Llíria, el escultor hace la instalación del anda, así como también arregla los últimos detalles, cobrando en ese concepto 84,50 pts.

Centrándonos en la propia imagen, podemos decir que es de tamaño natural y representa al padre dominico relativamente joven, predicando y obrando sus tan conocidos milagros. En una mano sostiene la Biblia, la cual utilizaba mucho en sus sermones, mientras que en la otra con el dedo índice señala al cielo, ya que así era como realizaba los prodigios. Si viéramos la imagen sin vestir, observaríamos que tiene completamente la forma humana, con su tronco, caderas, piernas, etc... Una cosa que llama la atención es que las piernas no están completamente rectas, como si estuviera parado, si no que representan un ligero movimiento, como si quisiera andar y llegar a todas y cada una de las casas de Llíria. Si nos fijamos en los pies de la talla, observamos como por de bajo del hábito le sobresalen los zapatos y efectivamente no están paralelos.

La madera utilizada en esta talla puede ser de conífera debido al acusado veteado. Puede tratarse de pino albar, o pino negro, más frecuente en estas zonas y frecuentemente utilizado para realización de retablos, tablas pictóricas y tallas.

La policromía de la imagen es rica y muy delicada. Realizada a base de veladuras de color sobre la preparación blanca. Está realizada con pintura al óleo y está ejecutada con cierta calidad de matices, dotando de un gran realismo al conjunto. Finalmente se aplicaba un barniz de protección que además daba mayor profundidad y brillo los tonos. Este barniz estaba compuesto a base de resinas naturales como el barniz dammar, el de almáciga o la goma-laca. Se solían pulimentar las esculturas con una muñequilla de piel durante el secado.

Los ojos naturales y vivos son de cristal. Se ha incrustado dentro de la talla de la forma tradicional en el barroco: se dividía la cabeza verticalmente, separando el rostro de la zona de detrás a la altura de las orejas y se ahuecaba la zona donde iban a ser depositado los ojos y luego se volvía a unir las dos partes de la cabeza

Respecto al el rostro de la imagen, podemos ver que la expresión de la cara transmite paz, seguridad pero sobre todo santidad. La mirada no deja indiferente a nadie que la contempla, Vicente Bellver quiso representar mediante ella el profundo amor a Dios que Fray Vicente Ferrer sentía. También mirando la imagen con detenimiento observamos los rasgos faciales de un barón de unos 40 años de edad, con barba rasurada y el cabello tonsurado, como en aquel entonces llevaban los frailes dominicos.

Durante estos 75 años que cumple la imagen, se ha llevado a restaurar en varias ocasiones, la más reciente fue en 2011 donde se actuó consolidando el soporte, limpiando la película pictórica, así como también sellando las grietas y agujeros estructurales

También desde el 1941 se han hecho varias vestimentas para la imagen, entre ellas la que luce a hoy en la procesión y la que habitualmente tiene puesta en el camerino de la Parroquia de la Asunción.

Conmemorando el 75 aniversario de la entrada en Llíria, esta imagen fué la llevada a la tradicional Rogativa que se celebra el dia del santo, vestida con el trajo de dominico sencillo. Además dicho año la junta directiva acordó que siempre que fuera la procesión de las fiestas dedicadas a San Vicente, esta imagen entrara a la Iglesia de la Asunción (al terminar la procesión), de espaldas, mirando a sus devotos.